Ocho países, la industria y cinco autonomías esgrimen la defensa del empleo frente a la salud
Cantabria reúne a presidentes regionales en instalaciones de la tabacalera Altadis
El número de fumadores pasivos en España cae un 70% tras la ley antitabaco
María R. Sahuquillo /
Elena G. Sevillano
Madrid
30 ABR 2013 - 21:34 CET
http://sociedad.elpais.com/sociedad/2013/04/30/actualidad/1367350450_431477.html
La adicción al tabaco mata a 700.000 europeos y cuesta 25.000
millones en atención sanitaria al año. La Comisión Europea, que es la
que maneja estas cifras, está decidida a reformar la actual directiva antitabaco,
endureciéndola para que los consumidores dejen de encontrarle atractivo
a fumar —quiere prohibir las sustancias adictivas, los cigarrillos
finos, los de sabores que enmascaran el sabor real—, especialmente en el
caso de los jóvenes. En plena tramitación parlamentaria, ocho Estados
miembros y el lobby de la industria tabacalera presionan para
descafeinar la normativa contraponiendo la necesidad de empleo a los
beneficios para la salud. Al movimiento se han sumado cinco autonomías
españolas: Cantabria, La Rioja, Extremadura, Canarias y Navarra, que
están construyendo un frente común en defensa del sector tabacalero.
Extremadura y Cantabria lideran la ofensiva. La primera, porque
produce el 90% del tabaco español, y la segunda porque en su territorio
se asienta una fábrica del gigante del sector Altadis. Ayer mismo, el
presidente extremeño, José Antonio Monago (PP), que representa a todo el
sector productor europeo en el Comité de las Regiones de la UE, donde
se prepara un dictamen —no vinculante— sobre la normativa dejó clara su
postura en Bruselas: la nueva regulación debe conciliar “el derecho a la
salud con los intereses de miles de ciudadanos” cuyos empleos dependen
del sector.
El presidente cántabro, Ignacio Diego, ha convocado el 17 de mayo a
La Rioja, Canarias, Extremadura y Navarra —regiones productoras o
manufactureras— a una reunión para acordar una postura común sobre las
“consecuencias negativas” para la economía que tendría la directiva. La
cita se celebrará en las instalaciones de la tabacalera Altadis.
Las Administraciones autonómicas parecen haber asumido los argumentos
de la industria. La Mesa del Tabaco —que agrupa a todos los eslabones
de la cadena, desde los productores hasta los estancos o los fabricantes
de máquinas expendedoras— defiende que la nueva regulación perjudicará a
una industria que consideran clave. “Tendrá gran impacto en un sector
que emplea a 57.000 personas y que recauda 9.300 millones al año. La
Comisión no ha podido justificar con estudios científicos las medidas
que propone. No está claro que sean eficaces, que vayan a cumplir el
objetivo de reducir el consumo y evitar el acceso de los menores al
tabaco. En cambio, nosotros sí sabemos que serán muy nocivas para el
sector”, argumenta Juan Páramos, su portavoz. Y todo ello, insiste, en
un momento en el que España “no se puede permitir perder un euro ni un
puesto de trabajo”.
Pero, ¿y si no se logra reducir el consumo por qué peligra el sector? El lobby
tabaquero cree que la estandarización de los formatos y sabores que,
sostienen, resultaría de la nueva regulación, solo dejaría a las marcas
el precio como elemento para competir. Algo que, apuntan, haría que ese
precio disminuyera —con la correspondiente pérdida de beneficios— y que
las empresas empezasen a comprar tabaco de peor calidad y a precio más
bajo que el que, por ejemplo, se produce ahora en España. Además,
asegura Páramos, la directiva provocaría la desaparición de productos
como los cigarrillos finos o los mentolados y fomentaría el contrabando.
Razones y cifras que Paco Rodríguez, presidente de la Comisión Nacional para la Prevención del Tabaquismo (CNPT)
define como “hinchadas” y “falsas”. La regulación, indica, es, de
hecho, mucho más ligera de lo que organizaciones como la suya hubieran
deseado —no toca, por ejemplo, asuntos como los azúcares añadidos—. Y es
que se ha ido descafeinando para evitar el bloqueo de los países
contrarios, que, como República Checa, Bulgaria o Rumanía, ya han
manifestado abiertamente su disgusto. Inicialmente la Comisión Europea
pretendía obligar a cubrir toda la cajetilla de tabaco con imágenes
disuasorias. Proponía incluso una cajetilla genérica, algo que enfureció
al sector. El borrador actual es más conservador: las imágenes de, por
ejemplo, unos pulmones negros, deberán ocupar el 75% del espacio. Y la
cajetilla genérica se deja al criterio de cada país.
Una medida que ya funciona en Australia, y que apoyan organizaciones
científicas como la Sociedad Española de Neumología y Cirugía Torácica
(Separ), cuyos expertos asegura que cuando a los fumadores se les
presentan los cigarrillos en paquetes genéricos, los perciben como
“aburridos, baratos y poco sofisticados”.
España aún no tiene definida su postura sobre la directiva. El
Ministerio de Sanidad coordina un grupo de trabajo en el que participan
todos los implicados: Agricultura, Exteriores, Hacienda, Industria. “El
cultivo de tabaco es muy importante para nosotros. Sobre todo en
regiones donde mucha gente vive de él”, explica el director general de
Producciones y Mercados Agrarios, Carlos Cabanas. “Nos preocupa que la
directiva conlleve una reducción de la producción”, añade.
La directiva está en el plazo de enmiendas en el Parlamento Europeo, y
por ello aumenta la presión de las partes. Los eurodiputados aún pueden
escuchar sus argumentos para diluir la norma o endurecerla. Sin
embargo, critica Brian Ward, portavoz europeo de la organización
internacional contra el tabaquismo Smoke Free Partnership,
la lucha es muy desigual: “El sector del tabaco tiene una capacidad
económica enorme y agrupa a todo tipo de industrias, desde los
productores hasta los de cartón o cigarrillos electrónicos, por
ejemplo”. “Nosotros tenemos pocos medios, pero sí las pruebas
científicas de lo que decimos. Nos jugamos la salud de la población y la
industria se juega su dinero”, añade el presidente del CNPT, que
califica de “escandalosa” la reunión de las cinco autonomías con el
sector en un terreno en absoluto neutral. "Quizá nuestros políticos
están defendiendo más los intereses espurios de algunas industrias que
la salud de los ciudadanos", apunta.
Rodríguez pone como ejemplo las palabras del presidente de La Rioja,
Pedro Sanz (PP), que defendió "compaginar" el consumo "moderado y
razonable" de tabaco con la actividad económica que genera este sector
tabacalero. Sanz afirmó hace unos días que si Altadis --que instaló su
primera fábrica en Logroño en 1890-- desapareciera de su comunidad sería
"un golpe bajo" y "un trauma".
Tanto los pro como los antitabaco han llamado a la puerta del
eurodiputado socialista Andrés Perelló, miembro de la Comisión de Medio
Ambiente, Sanidad y Alimentación de la Eurocámara que analiza la
normativa. Reconoce que, “como todos los casos en los que hay intereses
económicos”, hay presión. Pero incide en que los argumentos que manejan
desde la industria son erróneos: “No es una directiva que ponga el
riesgo el sector porque no toca en nada la producción. Lo que hace es
establecer controles y regulación”. También lo reconocen así tanto el
Ministerio de Agricultura como el de Sanidad.
El medio de vida de más de 2.000 productores agrarios
Una pequeña parte. El cultivo de tabaco tiene poca
relevancia en el conjunto de España, pero gran importancia
socioeconómica donde se concentra. En 2010, el tabaco crudo supuso el
0,05% de la producción agraria y el 0,08% de la producción vegetal,
según el Ministerio de Agricultura.
Cuarto de Europa. En la UE hay 11 estados productores de tabaco. España ocupa el cuarto lugar, por detrás de Italia, Bulgaria y Polonia.
Consumo importado. España importa más tabaco del que
exporta. En 2010, según Agricultura, las exportaciones supusieron 63,77
millones de euros, con un volumen de 25.725 toneladas; mientras que las
importaciones fueron de 109,35 millones y 28.437 toneladas.
Extremadura. La producción de tabaco se concentra en
Extremadura —en el norte de Cáceres—, con un 90% del total. Andalucía
(5,7%), Castilla y León, Castilla la Mancha, Navarra y País Vasco se
reparten el resto. En 2011, el tabaco fue el medio de vida de 2.191
productores en todo el país.
4.500 trabajos. 48 empresas operan en España, las
cuales dan trabajo a 4.500 personas en la manufactura del tabaco —en
Canarias, Madrid y Extremadura—, según un informe de 2012 de la CEOE.
Recaudación. El Estado recaudó en 2012 más de 7.000
millones de euros en impuestos especiales que gravan el tabaco. A esa
cantidad habría que sumar el IVA.
Caída de producción. Desde la entrada en vigor del nuevo marco de ayudas europeas, la producción de tabaco ha disminuido en España un 14% (entre 2005 y 2011).