El tabaquismo cuesta al Estado 5.000 millones al año
La Sociedad Española de Neumología afirma que reducir la adicción aportaría más al sistema que el recorte en los medicamentos
E. DE B. - Madrid - 29/03/2010 El Pais
El sistema sanitario podría ahorrar hasta 5.000 millones de euros si se consiguiera erradicar el hábito de fumar. Son los últimos datos que da la Sociedad Española de Neumología y Cirugía Torácica (Separ), que lo desglosa de la siguiente manera: por un lado, la Agencia Tributaria ingresó en 2008 9.266 millones por la venta de tabaco. Ese mismo año, el Estado pagó para cubrir los gastos sanitarios directos de sólo cinco enfermedades relacionadas con el consumo del tabaco (EPOC, asma, cáncer de pulmón, enfermedad cerebrovascular y enfermedad coronaria) 6.870 millones de euros.
A esta cifra habría que añadirle los 7.840 millones que le costó a las empresas la pérdida de productividad por el tabaco y la limpieza necesaria (entre bajas y horas perdidas para que los empleados salgan a fumar). La Separ contrapone esta cifra a los 1.500 millones de ahorro que espera conseguir el Gobierno con las últimas medidas de contención del gasto.
"Además de los beneficios en cuanto a ahorro de costes a la sanidad pública", la ampliación de la Ley Antitabaco supondría uno de los mayores avances en los últimos años en cuanto a salud pública", afirma Juan Ruiz Manzano, presidente de Separ. El neumólogo insiste en concretar que la ampliación de esta Ley se hace necesaria con el objetivo de "defender los derechos de los no fumadores a no inhalar el humo de tabaco. El tabaquismo debe tratarse como un problema de salud pública de gran dimensión que cada año se cobra vidas humanas de fumadores activos y pasivos".
El estudio es el último de los aportados en la guerra que llevan los médicos para asegurar que el Ministerio de Sanidad lleva adelante al prometida ley que va a prohibir fumar en los lugares públicos. La falta de noticias sobre la norma (debida, oficialmente, a que Sanidad no quiere filtrar nada hasta tener asegurado el máximo apoyo en el Congreso de los Diputados) tiene muy nerviosas a las organizaciones sanitarias, firmes defensoras de este endurecimiento. Periódicamente, los profesionales sanitarios lanzan manifiestos a favor de la prohibición. Fuentes del sector temen que si la popularidad del Gobierno no remonta, los planes de Sanidad se retrasen para evitar abrir otro frente de críticas.
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