El veto vasco al tabaco en parques infantiles introduce un elemento no sanitario en el debate: la formación - ¿Es excesivo entrar en la esfera privada?
ANIA ELORZA | EMILIO DE BENITO 09/09/2010
El Gobierno vasco ha sorprendido con su propuesta de una ley antitabaco que va más allá de lo que pretende incluso el Ministerio de Sanidad. Entre las medidas más extremas hay dos que llaman la atención porque entran en ámbitos que, hasta ahora, se habían dejado al margen. El primero, la prohibición de fumar en parques infantiles, lo que supone entrar a regular por primera vez en España el consumo de tabaco al aire libre. El segundo, que se pueda castigar a quien fume en un coche donde viajen niños, porque implica legislar sobre un espacio privado. La consehera vasca de Asuntos Sociales, Gemma Zabaleta, que ha promovido la norma, lo explica así: "La salud de los niños es el bien que se antepone a los demás"
Pero no solo la de los niños. Los datos de la Sociedad Vasco Navarra de Prevención del Tabaquismo -que ha asesorado al Ejecutivo autonómico- admiten pocas dudas: para 2010 está previsto que mueran 2.500 personas por el tabaco en Euskadi, 80 de ellas por ser fumadoras pasivas. En España se calcula que mueren más de 58.000 personas (de ellas, 1.300 fumadoras pasivas).
Pero hay quien piensa que la ley se excede. La oposición la lidera el Club de Fumadores por la Tolerancia. Su portavoz, Javier Blanco, cree que antes deben tomarse otras medidas. "Lo primero es concienciar. A mí, que soy padre, tampoco me gusta que los niños jueguen en un sitio con colillas. Pero la solución no es prohibir; lo que hay que hacer es facilitar ceniceros ecológicos para que los fumadores dejen sus pitillos, o, si no, que los apaguen y se los guarden en un bolsillo hasta que puedan tirarlos a una papelera". Una ley "no soluciona la actitud antisocial de algunos fumadores a la hora de desprenderse de sus colillas", afirma. "Dudo que con leyes tan difíciles de cumplir se consiga".
El portavoz del Comité Nacional de Prevención del Tabaquismo (hermana mayor de la Sociedad Vasco Navarra), Rodrigo Córdoba, admite que prohibir fumar en parques infantiles no es una medida sanitaria, pero la defiende por su valor "modélico, pedagógico". "Se trata de desnormalizar ante los niños el hecho de fumar", dice. La presidenta de Nofumadores.org, Raquel Fernández Megina, coincide. "Nos daba un poco de miedo" llegar tan lejos al pedirlo, "pero me alegro", admite.
Fernández Megina añade otro aspecto aparte del sanitario y el educativo para esta decisión: el higiénico. "Es una vergüenza cómo están muchos espacios infantiles, llenos de colillas". Córdoba señala que la idea no es una ocurrencia. "Toronto, California, Wisconsin, Maine y Washington ya tienen regulaciones similares", indica.
Puede que el problema sea que, durante años, la sociedad ha vivido bajo el dominio de los fumadores, que ocupaban todos los espacios. Hasta Blanco admite que esto es posible, pero insiste en que la solución no es "pasarse de rosca en el sentido contrario". "Estamos de acuerdo en que se arbitre la convivencia. Si se cumpliera la ley actual, habría un 60% de espacios sin humo. Con eso estarían satisfechas las demandas de todos", dice. Por eso, su organización -que ayer presentó 500.000 firmas en el Congreso contra una modificación de la ley de 2005- tiene el apoyo "de fumadores y no fumadores", explica. Sobre la ley vasca, Blanco va más allá, y duda de que el proyecto se apruebe tal cual. "Es una propuesta de máximos que tiene que pasar un proceso parlamentario, donde se puede rebajar", opina.
Otro asunto polémico es que se prohíba fumar en un coche en el que viaje un menor. Blanco admite que él, padre de dos hijos, no lo hace, pero cree que "el Estado no debe entrar en el ámbito privado" del vehículo particular (solo Reino Unido lo ha hecho). En este caso, no hay duda del motivo sanitario de la medida, pero es tan rigurosa que hasta Fernández Megina y Córdoba admiten que no contaban con que el Gobierno vasco fuera tan lejos. Aunque "si se puede quitar la custodia a un padre por maltratar a un hijo, lo lógico es que se impida que lo someta al humo de sus pitillos", dice la presidenta de Nofumadores.org.
La decisión rebasa la línea de lo público y entra de lleno en el ámbito privado. Teresa Laespada, parlamentaria socialista en la Cámara vasca y socióloga de la Universidad de Deusto especializada en drogodependencias, dice que "también entra en la privacidad la legislación que obliga a llevar el cinturón, pero es necesaria para educar a la sociedad". Luis Murguia, asesor de movilidad y seguridad vial del Real Automóvil Club Vasco Navarro, considera anecdótica la medida, aunque se posiciona a favor porque "nadie debería fumar con sus hijos en un habitáculo tan pequeño". Sin embargo, Murguia cuestiona cómo se va a garantizar el cumplimiento de este punto. "La Administración busca ser ejemplarizante, pero complica la legislación hasta límites insospechados", critica.
Además, esta decisión abre la puerta a otra mucho más peliaguda: ¿qué pasa en las casas donde los niños son expuestos al humo? Y aquí, ni los enemigos más declarados del tabaco se atreven a proponer que se prohíba fumar. Todavía.
Aparte de estos dos aspectos (parques y coches), el proyecto de ley aprobado el martes por el Gobierno vasco, que aún tiene que pasar por el trámite parlamentario, amplía las restricciones a todos los bares, restaurantes, discotecas, hospitales y centros educativos. El texto es más restrictivo que el estatal, que se está desarrollando de forma paralela. Por ejemplo, estará terminantemente prohibido fumar en los hoteles, mientras que la ley nacional permite acondicionar para fumadores un 30% de las habitaciones.
La ley termina definitivamente con algunas estampas tradicionales vascas, como el humo de las sidrerías. Fumar en los frontones durante un partido también se ha acabado, porque la nueva normativa termina con cinco años de impunidad. Responsables de la empresa de pelotaris Asegarce explican que poco a poco este hábito se ha ido perdiendo, aunque reconocen que no se ha erradicado.
Una de las principales novedades se basa en terminar con la impunidad, ya que será el Gobierno vasco -y no los Ayuntamientos- el que sancione. Y es que en Euskadi se han presentado 400 denuncias y ninguna se ha convertido en sanción. El Ejecutivo vasco pretende que sean la Policía Local y la Autonómica las que se encarguen, junto con los inspectores de la Administración, de que se cumpla la ley.
La opción de recurrir a los cuerpos de seguridad suple a otras. Los hosteleros avanzaron que no ejercerían de policías con sus clientes, pero parece que no les va a quedar otro remedio: entre las sanciones anunciadas, se establecen multas también para los establecimientos. Aunque el concejal de Salud y Consumo de Vitoria, Peio López de Muniain, ataja: "No va a hacer falta que lo hagan, hay suficiente sentido común".
La prohibición también afecta a las terrazas que estén cubiertas en más de un 50% y por las que no corra el aire. El Departamento de Empleo y Asuntos Sociales, que ha liderado la creación de la normativa, se reunió con los empresarios ayer para dejar una vía abierta por si sus ingresos descienden a causa de esta decisión. Aunque el Gobierno dice que en otros países no ha ocurrido, Mikel Ubarretxena, de la asociación de hosteleros de Guipúzcoa, lo niega: "En Irlanda cerraron cerca del 20% de los pubs, y en Croacia, seis meses después de poner en marcha la ley, tuvieron que sustituirla". "Somos conscientes de que el tabaco es nocivo, pero nos preocupa que se penalice a los bares y los restaurantes", dice.
Mikel Artaza, residente en Vitoria y con más de 10 años como fumador, se queja a la salida de un bar céntrico: "No es lo mismo fumar en la calle en invierno en Sevilla y en Vitoria". Artaza critica la marginación social que comenzó con la ley de 2005, pero reconoce que acatará la ley. No es para menos. Las multas ascienden a 3.000 euros por saltarse las prohibiciones, y hasta 15.000 por vender tabaco a menores.
Falta una voz en este debate, la de la Asociación Empresarial del Tabaco. Pero esta organización se ha limitado a manifestar a través de un portavoz que "no puede realizar valoraciones del anteproyecto al no haber sido consultada durante el proceso ni haber tenido acceso al texto".
El Ministerio de Sanidad tampoco ha querido arrimar en exceso el ascua a su sardina. El Gobierno vasco "ha dado un paso importante en una materia de extraordinaria importancia como es la salud pública y ha demostrado mucha valentía y determinación", ha dicho Trinidad Jiménez, que dijo que "va en consonancia" con lo que el Gobierno ha planteado. El secretario general de Sanidad, José Martínez Olmos, dice que el ministerio nunca se planteó medidas tan extremas, y defiende que prohibir fumar en espacios cerrados "es lo que tenía más consenso de los expertos, y de los parlamentarios". Eso sí, admite que la iniciativa "sirve para ir instaurando a idea de que hay que luchar contra el tabaco en todos los ámbitos". Los Parlamentos tienen la próxima palabra.