Ayuda con Champix

Sí se puede

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Un nuevo tratamiento para dejar de fumar no es milagroso, pero, según los expertos, es la mejor ayuda disponible hoy para los adictos.
Fecha: 05/24/2008 -1360
Hay gente que logra dejar de fumar de un día para otro. Mauricio Moya, por ejemplo, lo hizo el día de su matrimonio, pues pensó que si iba a empezar una nueva etapa, lo mejor era dejar atrás todos sus malos hábitos. Y esa promesa la ha cumplido hasta hoy, luego de 10 años. Marina Beltrán, una fumadora compulsiva de 57 años, que no paraba de hacerlo ni siquiera antes de dar a luz a sus hijos, dejó el vicio cuando vivió en carne propia lo que era un paro respiratorio. Cecilia sólo necesitó una charla para lograrlo.

Todos ellos son la envidia de miles de personas que quieren dejar de fumar y no pueden. Lo han intentado todo, el chicle, el parche, medicamentos contra la ansiedad, la fuerza de voluntad, y métodos caseros como ponerse un caucho alrededor de la muñeca y golpearse cada vez que tienen antojos de un puchito. Pero fracasan. Margarita Acosta es una de ellas. Todos sus intentos terminaban en recaídas porque la falta de la nicotina en el cerebro la llevaba al mismo punto de partida: encender un cigarrillo. Pero decidió intentarlo una vez más y cree que esta vez sí fue la vencida, pues ya lleva mes y medio sin cigarrillo y "no lo extraño. La ansiedad es mínima", dice

Ese resultado ha sido gracias a Champix, un nuevo medicamento disponible en Colombia desde marzo pasado, que busca servir de soporte al paciente al liberar una dosis baja de dopamina durante un largo período. Con ello evita que aparezca el síndrome de abstinencia, que se manifiesta por lo general con taquicardia, sudoración, irritabilidad o desasosiego. Según el neumólogo Horacio Giraldo, si una persona fuma mientras está recibiendo este tratamiento, el placer asociado al cigarrillo va a ser menor.

Cuando las personas tienen serias dificultades para dejar este vicio es seguramente porque tienen una base genética que las hace más propensas a la adicción. La nicotina actúa sobre un tipo de receptores del sistema mesolímbico que a través de la dopamina, un neurotransmisor, estimulan el núcleo de recompensas del cerebro. "Por eso se produce tanto placer mientras se fuma", dice el neumólogo e internista Gonzalo Prada. Pero este placer se acaba cuando la persona deja de fumar y por eso "necesita otro cigarrillo para volver a tener esa satisfacción". Los no fumadores, según han concluido algunos estudios, tienen una producción de dopamina mucho menor que los adictos. También se sabe que los menos propensos a engancharse en este vicio requieren de menos dosis diarias de nicotina para lograr ese placer o recompensa. Eso explica por qué algunos lo dejan así no más, como Mauricio, y a otros les cuesta esta vida y la otra.

Para Prada este medicamento es la mejor ayuda disponible en el momento. "Las terapias de reemplazo nicotínico no son tan buenas y un gran porcentaje de pacientes termina reincidiendo", sostiene. Con Champix, un poco menos del 50 por ciento de los pacientes lo logra, es decir, se abstiene de fumar de manera continua durante un año. Pero no funciona sola. Es necesario que el fumador reciba apoyo sicológico o siquiátrico y asesorías por nutrición y odontología, entre otras. Lo cual hace que al tema del tratamiento del tabaquismo, aunque se trata de una enfermedad en sí misma, sólo tengan acceso personas con cierto poder adquisitivo pues el Plan Obligatorio de Salud no cubre su manejo.

Hay muchas menos personas tratando de dejar de fumar que iniciándose como fumadores. Aun más, el número de nuevos fumadores cada año aumenta en Colombia. Según el Ministerio de Agricultura, el consumo de tabaco se ha incrementado en 5,7 por ciento anual entre 1991 y 2004, mientras que en el resto del mundo ha bajado en 1,46 por ciento. El mensaje es que cada fumador reconozca en cuál etapa está y sepa que abandonar el cigarrillo es un proceso difícil pero no imposible, que la fuerza de voluntad no basta, y que hay nuevos tratamientos para lograrlo. Como puede constatarlo Margarita, quien, tras mes y medio sin cigarrillo, dice que dejarlo le mejoró la autoestima y la calidad de vida.